jueves, 5 de junio de 2008

La enajenación en contrapunto de las alienaciones producidas por la persuasión

Enajenar se define como un entorpecimiento del uso de la razón en un individuo. La acción de enajenar supone, en publicidad, cautivar los sentidos  y seducir a los diversos públicos. Por su parte, alienar es el proceso mediante el cual el individuo o una colectividad transforman su conciencia hasta hacerla contradictoria con lo que debía esperarse de su condición y a la larga lograr la perdida del sentimiento de identidad propia en los individuos.

La enajenación es entonces el procedimiento mediante el cual los mensajes publicitarios persuaden y manipulan los pensamientos y las decisiones de los consumidores.

La alienación, por su parte, se entiende como el proceso en el que un individuo moldea su juicio y sus actitudes a u contexto al cual no pertenece por diversas razones (culturales, sociales, políticas, económicas, etc) que contradicen su estado real.

En publicidad la enajenación produce mensajes persuasivos que maniobran con determinados medios atractivos que llaman la atención, en variadas formas, de los públicos a los que van dirigidos. De esta manera, crean un sentimiento de necesidad y pertenecía en muchos de los individuos a los que llega el mensaje y estos a su vez transforman su concepción de la realidad y adoptan actitudes que no les son propias, todo por la misma necesidad de pertenecía  que les crea la publicidad y el consumismo juntos.

En otras palabras, la alienación consumista de los individuos es un proceso de la enajenación producida por las persuasiones constantes en las campañas publicitarias de las grandes marcas dominantes del consumismo actual. 

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